La composición de la leche materna
Las diversas sustancias que componen la leche materna tienen efectos muy beneficiosos para tu bebé.

Leche «a medida» para tu bebé

La leche materna es el mejor alimento para tu pequeño. Contiene miles de nutrientes e ingredientes especiales que protegen al bebé de infecciones e inflamaciones. También favorece el desarrollo del sistema inmunitario, de los órganos y de una flora intestinal saludable.

Las tres fases de la leche materna

El calostro o la primera leche

El calostro es la leche materna que la mamá produce los primeros días después del parto (días 1 a 5). Es diferente a la «leche de transición» y a la «leche madura». El calostro contiene más cantidad de proteínas y menos grasa; también tiene otros ingredientes que refuerzan el sistema inmunitario de tu pequeño (similares a los anticuerpos). La primera leche es fácil de digerir y se produce en pequeñas cantidades, por lo cual tu bebé querrá comer cada dos o tres horas.

La leche de transición

Una semana después de que nazca tu bebé, el calostro es reemplazado por la leche de transición. Es más cremosa y contiene más grasa, lactosa (azúcar de la leche) y más calorías que el calostro. Durante esta etapa, tus senos se volverán más grandes y firmes. Se puede decir que tu cuerpo ya se ha acostumbrado a la lactancia y tus pechos producen leche en cantidad suficiente. La leche de transición (unos 600-700 ml al día) se produce desde el día 5 hasta el 10-14.

La leche madura

Después de la leche de transición, al cabo de dos semanas, fluye la leche madura. Esta leche (unos 700-900 ml al día) es más ligera y acuosa que la leche de transición. La composición se mantiene estable a partir de esta fase. Hay dos tipos de leche madura: la primera, la que fluye al principio de la toma, que contiene agua, vitaminas y proteínas; y la segunda, que tiene un contenido más alto en grasa y es la que nutre al bebé hacia el final de la toma, cuando el pecho ya está casi «vacío».

Nutrientes básicos que necesita tu bebé

La leche materna contiene un 90% de agua. Los demás componentes (sólidos) son carbohidratos (lactosa), grasas, proteínas, oligosacáridos, nucleótidos, vitaminas, minerales, oligoelementos y anticuerpos, así como otros componentes encargados de proteger nuestro cuerpo.

Anticuerpos contra las infecciones

Hay una gran variedad de sustancias que se encuentran en la leche materna y protegen a tu pequeño de las infecciones. En el calostro hay muchas de estas sustancias, pero también están presentes, durante meses, y en cantidades más pequeñas, en la leche madura. Los bebés que solamente toman leche materna están protegidos contra las infecciones durante todo el período de lactancia y, en mayor medida, en los primeros meses de vida,

Oligosacáridos: para una buena salud intestinal e inmunidad

La leche materna contiene aproximadamente 200 oligosacáridos diferentes (HMO, por sus siglas en inglés). Estos oligosacáridos sirven de alimento a las «bacterias buenas» de los intestinos y hacen que estas crezcan y proliferen. Una buena salud intestinal contribuye a un buen funcionamiento del sistema inmunitario. Un 70% del sistema inmunitario está en el intestino. 

DHA: para el desarrollo del cerebro y la visión

Cuando el bebé nace, tiene practicamente todas las células del cerebro que necesita para el resto de su vida. Pero aquí no acaba todo. En el primer año de vida, el tamaño del cerebro se triplica y el bebé necesita nutrientes específicos para poder afrontar este crecimiento tan rápido y crear conexiones entre las células cerebrales. La leche materna proporciona ácidos grasos que son cruciales para el desarrollo neurológico del bebé. Entre otros, el ácido docosahexaenoico de ácido graso de cadena larga (DHA u omega 3), que se encarga del crecimiento, desarrollo y mantenimiento de nuestro cerebro. El DHA también es un componente clave del tejido ocular. En los primeros dos años de vida, cuando el cerebro crece rápidamente, se necesita DHA. El DHA desempeña una función vital en el desarrollo cognitivo, el cual permite el pensamiento, el aprendizaje y la comprensión a lo largo de la vida.
 
También tienen mucha importancia: el ácido araquidónico graso de cadena larga (ARA) y los ácidos grasos esenciales ácido alfa-linolénico (ALA) y ácido linoleico (LA). Todos estos ácidos grasos importantes están presentes en la leche materna, aunque la cantidad depende de la dieta de la madre.
 
Se recomienda tomar 200 mg de DHA al día. Tomar dos porciones de pescado graso (salmón, sardinas, arenque o caballa) a la semana puede ayudarte a lograr este objetivo. Ten cuidado de no comer más de lo recomendado porque estos pescados pueden contener sustancias perjudiciales que pueden acumularse en tu cuerpo.

Proteínas

La proteína es el componente principal de las células del cuerpo y esencial para el crecimiento de tu bebé. La leche materna contiene dos tipos de proteínas, el suero y la caseína; aproximadamente el 60% es suero, mientras que el 40% es caseína. Este equilibrio de proteínas permite la digestión rápida y fácil. 

Nucleótidos

La leche materna es rica en nucleótidos. Los nucleótidos son los componentes básicos (los «ladrillos de la vida») que forman las células de nuestro cuerpo, y son especialmente importantes para las células del intestino y el sistema inmunitario. En otras palabras, los nucleótidos son vitales para el crecimiento y desarrollo saludable de tu bebé.